
Fallas estructurales y falta de mantenimiento afectan a la mayoría de instituciones educativas públicas, limitando las condiciones para el aprendizaje.
Un reciente informe reveló que el 73% de los colegios públicos en Cali enfrenta algún tipo de deterioro en su infraestructura, lo que pone en evidencia una problemática que afecta directamente a miles de estudiantes. Las deficiencias abarcan desde techos dañados y grietas en las paredes hasta problemas en sistemas eléctricos y de agua potable. Esta situación no solo compromete la seguridad de los alumnos y docentes, sino que también dificulta la calidad del proceso educativo, pues muchas aulas no cuentan con las condiciones adecuadas para garantizar un aprendizaje efectivo.
Padres de familia y docentes han manifestado su preocupación, ya que aseguran que el estado de las instalaciones representa un riesgo latente para la comunidad educativa. Algunos colegios han tenido que limitar el uso de ciertos espacios, como auditorios y laboratorios, por razones de seguridad. Además, la falta de zonas adecuadas de esparcimiento y recreación afecta el desarrollo integral de los estudiantes. Ante esta situación, varias organizaciones han solicitado al gobierno local y nacional priorizar el mejoramiento de las escuelas como un tema clave en la agenda pública.Escrito por: Daniel Martín
⇒Foto: Raúl Palacios / El País
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