
Los antivirus tradicionales ya no bastan: solo las soluciones adaptadas a la IA pueden frenar la amenaza del malware automatizado.
La inteligencia artificial ha transformado profundamente el mundo digital, pero no siempre para bien. Una de sus aplicaciones más preocupantes es la creación de virus informáticos cada vez más sofisticados y peligrosos. Estos nuevos programas maliciosos se propagan con rapidez por todo el mundo, aprovechando su capacidad de adaptación constante. Como resultado, los antivirus convencionales están quedando obsoletos ante este avance sin precedentes.
Hasta hace poco, diseñar un virus informático eficaz requería amplios conocimientos técnicos y un análisis detallado del sistema que se quería atacar. Sin embargo, hoy en día la inteligencia artificial ha reducido drásticamente esas barreras. Incluso personas sin formación avanzada pueden generar malware gracias a herramientas automatizadas que maximizan su efectividad con facilidad.
Esta evolución ha sorprendido a muchos y ha dejado en evidencia la incapacidad de los antivirus tradicionales para hacer frente a estas amenazas. No obstante, algunas compañías están empezando a responder al desafío. Surfshark, por ejemplo, ha desarrollado un antivirus especialmente diseñado para detectar amenazas zero-day y mantenerse actualizado frente a los cambios vertiginosos del malware generado con IA.
El software de Surfshark destaca por actualizar su base de datos de amenazas cada tres horas, superando ampliamente a otros programas que solo lo hacen cada varios días. Gracias a este enfoque proactivo, ha obtenido la máxima calificación en pruebas de protección realizadas por AV-Test, lo que lo posiciona entre los más confiables del mercado actual.
Aunque estos virus no sean intrínsecamente más destructivos que los creados por humanos, su eficacia sí es mucho mayor. La inteligencia artificial permite encontrar vulnerabilidades en los sistemas en cuestión de minutos, y también puede generar múltiples versiones del mismo virus para evitar su detección, saturando así las defensas convencionales.
Además, el malware producido por IA evita fácilmente los patrones reconocibles por los antivirus, lo que complica aún más su identificación. Muchos de estos códigos son polimórficos, es decir, capaces de cambiar su forma en cuestión de horas para evadir cualquier intento de detección. Frente a este escenario, solo los antivirus que integren herramientas de IA podrán ofrecer una protección real y eficaz contra estas amenazas del futuro que ya están entre nosotros.
⇒Foto: Hipertextual
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