El desabastecimiento en la frontera eleva los precios del galón de gasolina hasta $30.000 en el mercado ilegal, mientras las estaciones formales reportan pérdidas millonarias.
La crisis de combustibles que atraviesan los municipios de frontera en Nariño ha alcanzado un punto crítico en Ipiales. El desabastecimiento en las estaciones de servicio legales ha dejado espacio al contrabando de gasolina proveniente de Ecuador, comercializada por vendedores informales conocidos como pimpineros. En sectores como la vía perimetral, la Laguna, San Vicente y San Carlos, el galón de gasolina ilegal, que suele venderse en $16.000, se está ofreciendo entre $25.000 y $30.000, lo que obliga a conductores y transportadores a abastecerse en este mercado paralelo.
Las empresas legalmente autorizadas para la distribución de combustibles enfrentan pérdidas considerables por la imposibilidad de garantizar el suministro. Administradores de estaciones de servicio advierten que, de no implementarse medidas urgentes, se verá afectada la movilidad del transporte público, el abastecimiento de productos básicos y la atención de emergencias. A este panorama se suma el incremento del contrabando, que no solo perjudica la economía formal, sino que también representa riesgos para la seguridad ciudadana y la salud pública.
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